«No se sabe por qué dormimos, pero sin dormir moriríamos». Dormir y respirar son funciones esenciales en la que invertimos un tercio de nuestra vida. Lo normal es respirar durante el sueño pero no siempre es así. Alrededor de 20.000 personas en León padecen el Síndrome de Apnea o Hipoapnea del sueño (SAHS) que provoca paradas respiratorias. El Hospital de León abrirá en los próximos meses un centro de día para atender a los 330 pacientes nuevos anuales a los que realizan estudios por este problema. El centro, a cargo del servicio de Neumología, tendrá una consulta diaria de mañana y algunas de tarde para «tener más vigilados a los pacientes y evitar prolongar las listas de espera», explica el jefe de Neumología del Hospital de León, Florentino Díez.
Con el nuevo recursos se ampliarán los estudios del sueño, que se podrán realizar en el domicilio del paciente de forma ambulatoria con una prueba de Poligrafía Respiratoria que consta de 4 a 7 canales. «Es muy válida como screeming en los casos de sospecha clínica moderada o alta SAHS», explica del jefe del servicio. La puesta en marcha de este servicio generará un nuevo circuito para los pacientes, que serán valorados en las consultas externas y podrá marcharse a su domicilio con el dispositivo colocado hasta el día siguiente, que volverá a ser evaluado en por el neumólogo con un diagnóstico y tratamieto con de Cpap si lo precisa. Personal médico y de enfermería entrenado para agilizar los diagnósticos. «Este nuevo organizagram dará agilidad en el diagnóstico, evitará demoras en el proceso e ingresos hospitalarios innecesarios, mejorará las revisiones periódicas y corregirá complicaciones o efectos adeversos que puedan surgir en un periodo más corto de tiempo».
Además, existen otros métodos más sencillos con aparato de 1 ó 2 canales de oximetría y respiración.
El sueño
Dormir mal acaba con la salud. «Se sabe que el sueño es necesario para vivir, es una necesidad diaria, durante toda la vida, aunque no todo el mundo necesita las mismas horas del sueño y es diferente en el adulto y en el anciano. «Conocemos que el sueño normal no es uniforme y suceden muchos cambios durante el periodo de sueño, son cambios del pulso, de la tensión arterial de movimientos en el cuerpo, frecuencia respiratoria y actividad cerebral», asegura el jefe del servicio de Neumología.
El sueño sirve para recuperar fuerzas y energías gastadas y preparar al organismo para el nuevo día. El sueño normal se desarrolla en ciclos de 90 a 100 minutos y en cada ciclo pasa por cuatro fases. «Cuando existe un sueño anormal se producen alteraciones en la respiración que generan enfermedad, como son las apneas del sueño».
Las apneas son alteraciones del sueño normal que tiene como consecuencia que la persona que las padece deja de respirar por un periodo de tiempo (se para la respiración) por eso es importante conocer las causas y las repercusiones de esas apneas.
Las apneas desencadenan consecuencias inmediatas sobre la salud, algunas son valuables a corto plazo. Desaturación de oxígeno en la sangre y trastornos cardiorrespiratorios (arritmias e isquemia cardiaca), trastornos vasculares, cerebrales, trastornos neurocognitivos de concentración y memoria, alteraciones sexuales de impotencia y disminución del interés sexual.
Las apneas
La apnea del sueño no tiene una sola causa. «Se sabe que ocurre un cierre de la vía aérea superior por relajación de los músculos por problemas anatómicos de laringofaringe, fosas nasales, amígdalas, pólipos, bocio, entre otras cosas. Este cierre ocasiona despertares con asfixia».
Las paradas respiratorias o apneas pueden ser de distintos tipos; apneas obstructivas (que producen el cierre total de la vía aérea), hipoapneas (con cierre parcial de la vía aérea), apneas centrales (por causa cerebral con mal función de los centros respiratorios), y también existen apneas mixtas (cuando comparten causas de obtrucción). La enfermedad que producen estas alteraciones se conocen somo síndrome de apnea/hipopnea del sueño (SAHS). Este síndrome se definió previamente como SAS o síndrome de apnea del sueño y SAOS o síndrome de apnea obstructiva del sueño. «Actualmente se habla del SAHS, es un trastorno de la respiración durante el sueño que produce interrupciones o pausas de respiración —hasta cientos de pausas cada noche— enfermedad crónica, que no se cura, pero tiene tratamiento que consigue reducir los problemas y evitar las complicaciones».
Más de mil personas utilizan en la provincia una máquina Cpap (Continuus Positive Airway Presure ), el aparato ideado para evitar las obstrucciones respiratorias continuas que produce la apnea del sueño.
La apnea del sueño es una patología de alta prevalencia, Afecta al 6% de los hombres y al 4% de las mujeres. Casi dos millones de españoles sufren paradas respiratorias mientras duermen, una enfermedad que afecta a 20.000 leoneses, aunque sólo están diagnosticados el 5%. El Hospital de León realiza 330 estudios anuales con Poligrafía Respiratoria.
«Hay que tener en cuenta que el SAHS también puede afectar a los jóvenes, mujeres, niños y ancianos. «En mujeres es más frecuente en la postmenopausa con síntomas similares. En niños suele darse en la edad preescolar o escolar y el síntoma fundamental es el ronquido cuando un niño nunca debe roncar, con pausas respiratorias, con sudoración profusa, inquietud en la cama, respiración por la boca, irritabilidad durante el día y bajo rendimiento escolar».
Para el diagnóstico es fundamental realizar una Polisomnografía convencional (PSG). El paciente tiene que permanecer toda la noche en el hospital concectado a un aparato de 7 canales, con sensores en la cabeza, corazón, ojos, músculos, rodillas, piernas, cinturón torácico y abdominal.
El paciente mejora con hábitos de vida saludable como bajar de peso, eliminar el alcohol, tabaco, medicamentos opiáceos, ansiolíticos y sedantes, evitar las cenas copiosas, dormir en horario regular y siempre de lado. Los casos más complejos necesitan una Cpap que expulsa el aire a una presión continua, que consiste en una máquina generadora d presión y un tubo que se acopla a una mascarilla nasal facial. La Cpap debe estar vigilada por un especialista neumólogo para dosificar la presión, corregir desajustes «y adecuar las necesidades cambiantes de estos pacientes», asegura Florentino Díez.
Fuente: http://www.diariodeleon.es